El Alquimista

Joseph Wright of Derby, 1771

Representa el descubrimiento del fósforo por Hennig Brandt

(Hamburgo, aprox. 1669)

 

“Aquella noche, nuestro solitario alquimista no había tenido suerte en sus últimos experimentos para encontrar la piedra filosofal. Como muchos antes de él, había estado investigando la corriente dorada, la orina, y estaba calentando sus residuos, los que había transformado en un sólido seco. Atizó el fuego de su pequeño horno con más carbón y bombeó aire con los fuelles hasta que su retorta se calentó al rojo. De pronto, algo extraño sucedió. Humos incandescentes ocuparon la retorta, y un líquido brillante goteó desde la boca del recipiente, incendiándose. Un olor acre, que parecía de ajo, llenaba la habitación. Recogió el líquido en un recipiente y lo tapó. Vio que solidificaba, pero continuaba resplandeciendo con una misteriosa luz verde pálido. Olas de fuego recorrían la superficie del sólido.Fascinado, lo observó más de cerca, esperando que el curioso fuego frío se apagara. Pero mantuvo su brillo hora tras hora. Aquí realmente había magia. Aquí había fósforo.”

Extraído de "El elemento 13”, de J. Emsley